Este colombiano es uno de los pediatras más importantes y reconocidos en el estado de Florida, en Estados Unidos, y ha liderado la Fundación Coamed, que se dedica a realizar misiones médicas para ayudar a niños de familias de escasos recursos en Colombia, y a comunidades damnificadas por desastres naturales.
POR DAVID ACOSTA / FOTOS ARCHIVO PARTICULAR
Tenía 17 años –recién había terminado los estudios de bachillerato–, el segundo de cuatro hermanos –dos hombres y dos mujeres–, empacó la ropa y los recuerdos que pudo en una maleta, apiñó 200 dólares entre el bolsillo y con la idea de ser médico, como lo era su padre, emprendió un aventurado viaje a España.
Era 1970, el inicio de una década que les abrió a los jóvenes de entonces en Colombia las puertas de la renovación social, la explosión artística y la migración. Javier Miller se fue de Bugalagrande, su pequeño pueblo natal cerca de Cali, en el Valle del Cauca, y llegó a la Europa de los grandes edificios y las amplias autopistas.
Con el entusiasmo desbordado ante aquel nuevo mundo, en cuestión de semanas se adaptó y conoció a otros tres jóvenes colombianos expedicionarios como él. Juntos decidieron recorrer España, hasta que sentaron pie en Galicia, en la esquina noroeste de la península. Dos cosas los ataron a esa tierra: la medicina y el matrimonio.
Javier, al igual que sus compañeros de periplo, ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago de Compostela. Allí conoció a María Luisa Ferro, la mujer con la que luego se casaría, y se graduó como médico en 1978. Sus tres amigos también se convirtieron en doctores y se casaron con gallegas.
Javier esperó a que María Luisa culminara los estudios en 1979 y ambos migraron a Venezuela, en donde permanecieron durante cinco años. En busca de un mejor futuro, en 1983 decidieron irse a vivir a Estados Unidos con el sueño de ejercer allí su profesión.
El doctor Miller cumplió su residencia en el área de Pediatría en el Lincoln Medical Center de Nueva York y, posteriormente, se especializó en Pediatría Gastroenterológica.
Finalmente, se radicó con su familia en la ciudad de Orlando (Florida), donde ejerce como uno de los galenos más importantes y reconocidos del gremio, y se ha desempeñado como profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Florida.
“Decidí dedicarme a la medicina porque es algo de familia y me encanta ayudar a la gente. Un buen día de trabajo significa que he ayudado a muchos pacientes a mejorar su salud”, cuenta el doctor Miller.
En 1996 fue nombrado como presidente del Departamento de Pediatría del Hospital de Princeton, en Orlando, y permaneció en el cargo durante cuatro años.
Su dedicación por su labor y la pasión por ayudar a los demás las ha potenciado como abanderado de misiones médicas, tanto, que en 2013, junto con un numeroso grupo de médicos colombianos residentes en Orlando, creó una asociación destinada a ayudar a niños y a personas de escasos recursos.
Dos años después esa asociación se convirtió en Coamed (Colombo-American Medical Association), fundación sin ánimo de lucro, que ahora no solo convoca a médicos, sino también a profesionales de otras disciplinas, como odontólogos, enfermeras, abogados o banqueros. Así mismo, se han vinculado de diversas nacionalidades.
La misión médica
Desde su creación, la Fundación Coamed ha realizado un sinnúmero de misiones médicas para brindar servicios de atención preventiva, terapéutica, de apoyo y de rehabilitación a las comunidades desatendidas en el estado de Florida y en varias poblaciones de Colombia, como Cartagena, Cali, Chaparral, Manizales y el archipiélago de San Andrés y Providencia.
Así mismo, la fundación ha prestado apoyo con suministros, ayudas humanitarias y donaciones a los damnificados por causa de desastres naturales en Bahamas y San Andrés y a comunidades indígenas en la Amazonía para ayudar a controlar la propagación del covid-19.
“En 2020, tras el desastre que provocó el huracán Iota en San Andrés y Providencia, en menos de dos semanas recolectamos y enviamos un contenedor de 40 pies con generadores de energía, insumos médicos, alimentos, herramientas, elementos esenciales y juguetes. La comunidad se vuelca con ayudas cuando hay una necesidad y eso es satisfactorio”, dice con orgullo el doctor Miller.
Coamed organiza cada año galas, picnics, maratones y torneos de golf para recaudar recursos destinados a sus obras humanitarias. Así mismo, cada miembro de la fundación hace aportes económicos.
Actualmente, entre los miembros y amigos de Coamed hay más de un centenar de médicos, la mayoría de ellos vive en Orlando y otros son colaboradores en Colombia.
Entre las gestiones que realiza Coamed están las cirugías para niños con cardiopatías congénitas, en conjunto con la Fundación Cardio Infantil en Bogotá. También ha financiado operaciones a niños con labio leporino en Barranquilla, con el apoyo de un grupo de médicos que además apoyan causas humanitarias en México y Perú.
“Estas labores que hacemos van para largo aliento, es un grupo en el que todos, sin excepción, tenemos deseos de ayudar cuando hay niños y personas con necesidades”, agrega el doctor Miller, quien se ha desempeñado como Presidente y Vicepresidente de Coamed.
Entre otras, se han adelantado misiones médicas de atención especializada en fisioterapia, neumología, pediatría, ortopedia, infectología, odontología, cardiología, otorrinolaringología y terapia familiar para las comunidades del archipiélago de San Andrés y misiones de salud auditiva en la región del Eje Cafetero dada la alta incidencia de deficiencias auditivas detectadas en esa zona.
La gran meta de Javier Miller es poder llevar la medicina a los niños de familias sin recursos en toda Latinoamérica.
Superar las adversidades
Desde que el doctor Javier Miller conoció a su esposa ha compartido con ella la pasión por la Medicina, el deseo de ser pediatras y el sueño de ejercer su profesión en los Estados Unidos. Su ruta los condujo a cumplir con sus anhelos, incluso conformaron una familia de médicos: sus hijos Javier y Daniel siguieron los pasos de sus padres.
El mayor, Javier Miller Jr., es urólogo y cirujano robótico, diestro en el manejo del sistema quirúrgico Da Vinci. Daniel es abogado y médico especializado en medicina deportiva.
Sin embargo, desde que se conocieron, Javier y María Luisa han tenido que batallar con una difícil condición de salud a lo largo del camino. A los 18 años María Luisa fue diagnosticada con artritis reumatoidea, una enfermedad autoinmune que se creía solo afectaba a los adultos, pero la medicina encontró que un gran número de niños la padecen en el mundo, entre ellos, más de 300.000 en Estados Unidos.
“Yo estaba con ella cuando le dieron el diagnóstico y fue muy duro para los dos, porque sabíamos que era una condición crónica con la que ella tendría que vivir el resto de la vida. Muchas veces veía cómo mi esposa sufría con esta enfermedad, pero siempre tratamos de salir adelante”, cuenta el doctor Miller.
Desde muy jóvenes se dieron a la tarea de buscar tratamientos y maneras de superar la enfermedad. Impactado con la historia de vida de su madre, con detalles que desconocía cuando niño, en 2010 Daniel decidió contarla en un libro titulado My American Dream (Mi sueño americano), el viaje de una mujer viviendo con una enfermedad crónica.
Los médicos que descubrieron la enfermedad en María Luisa le pronosticaron que terminaría irremediablemente en una silla de ruedas, pero ella, con el apoyo de su esposo, nunca se rindió y se enfocó en superar la enfermedad y vivir para realizar sus sueños.
“Lo realmente importante es al final quien está ahí contigo y eso es lo que Javier es para mí. Me sentí tan agradecida con Dios por haberlo conocido. Y aquí estamos, más de 40 años después. ¿Cuántas personas pueden decir eso hoy en día?”, es el testimonio que da María Luisa en el documental Proyecto MAD, que realizó el colombiano Famor Botero en 2016, inspirado en el libro que cuenta la historia de la pediatra española que se ha dedicado a ayudar a niños y personas con su misma enfermedad.
“Si con mi historia al menos inspiro a una persona a lograr sus sueños para mí el trabajo está hecho. Los pacientes tienen que entender que el mundo no se acaba con el diagnóstico. Es simplemente otro comienzo y de uno depende cómo transitará el viaje”, afirma María Luisa Miller.
El doctor Javier Miller es uno de los más prestigiosos médicos en Florida, donde se ha destacado por el impecable ejercicio de su trabajo y el altruismo que ha demostrado con sus misiones humanitarias.
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