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Lucas Velásquez: COSMOPOLITA

Luego de permanecer un tiempo en México donde triunfó en varias producciones, el actor se radicó con su esposa en Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades.

POR FERNANDO MOTTA

FOTOS ÓSCAR GARCÍA /JUAN PABLO GUERRERO

Desde niño, a Lucas Velásquez le inquietaba el mágico mundo de la televisión. Un día le pidió a su mamá que lo llevara a hacer casting y ella accedió con la fortuna de quedar seleccionado. “Participé en comerciales desde los siete años. Fue una experiencia maravillosa, todo lo que esperaba, porque tenía mucha curiosidad de saber cómo se hacían estas producciones, me parecía un universo desconocido e irreal. Lo disfruté muchísimo y ahí nació el gusto por todo ese mundo. Lo que ganaba no era mucho, pero era bienvenido, lo recibía feliz de la vida, mi mamá me lo guardaba y cuando hacíamos un viaje tenía mi plata para gastar. Todo iba más allá de la plata, aún me sigue pareciendo increíble lo que pasa alrededor de la televisión, el cine y el teatro”.

¿Cómo fue la experiencia de crecer en Brasil y Canadá?

Fue una vivencia enriquecedora a todo nivel. Yo me fui cuando tenía 10 años y el panorama se me abrió, me di cuenta que cuando uno es niño, se pregunta que hay más allá de su casa, de su entorno, de su barrio, de su colegio y salir fue bueno, un aprendizaje cultural en muchos aspectos porque Brasil, a pesar de ser un país latinoamericano y que tenemos costumbres parecidas, era desconocido. La gente maravillosa nos dio la bienvenida siempre, nos adaptamos y aprendimos rápido el idioma porque mi hermano y yo éramos muy jóvenes y vivimos en tres ciudades distintas. Hicimos turismo, conocimos el país y dejamos muchos amigos. Nos adaptamos al punto que mis papas decidieron regresarse a Colombia porque tenían miedo de que pasara el tiempo y nos quedáramos allá para estudiar en la universidad. Luego fuimos a Canadá de intercambio, en el último año del colegio. Vivir en Quebec fue una experiencia bonita, pero difícil al comienzo porque no hablas el idioma, sin embargo, esa familia desconocida te adopta y tienes hermanos.

¿Qué lo llevó a inclinarse por la actuación y dónde se preparó?

El acercamiento desde que era niño con los comerciales me clavó la espina y dije: ¡Esto, me encanta! a tal punto que entré a estudiar teatro en la Academia Charlot. Estudié con Sebastián Martínez, mi gran amigo y hermano del alma, cuando teníamos 13 años. Luego me fui de intercambio y cuando regresé, no me iba a dedicar a la actuación, porque mi familia es de economistas, abogados y médicos, y la intención era estudiar Finanzas, pero hubo algo que me hizo clip y así empecé. Un amigo actor me dijo: “Acompáñame que estoy dejando hojas de vida”, lo acompañé y terminé quedándome con un personaje en un programa unitario. El director era Humberto Rivera y me dijo: “Si te va bien, yo te ayudo”. Él fue una persona muy importante en ese momento y me hizo el contacto con Malcolm Aponte, productor de Padres e Hijos, y así arranqué en televisión. Fue entonces cuando dije vamos a tomarnos esto en serio y seguí estudiando. Estuve en el Teatro Libre de la Candelaria, paralelo a eso seguía actuando en televisión. Finalmente me escogieron para Francisco el matemático y ahí mi carrera despegó en Colombia.

¿Cuéntenos de su trabajo en México?

Lo primero es que me enamoré del país azteca y nunca me sentí extranjero. Me apropié de su cultura, de la comida, de los colores… Ciudad de México te ofrece muchas cosas, tiene una riqueza cultural que no encuentras en otras ciudades. Atrévete a soñar fue un proyecto maravilloso, lo que llaman 360, tuve la posibilidad de cantar, hicimos discos, giras, conciertos, y fue una producción exitosa. Gracias a Dios empecé con pie derecho y estuve en otras series con Televisa. Hice teatro con Manolo Caro, quien fue mi director en La casa de las flores, era un musical sobre Romeo y Julieta con Eiza González, que ahora es una estrella en Hollywood, ella representaba a Julieta. En México llevaba seis años trabajando y era el momento de decir: ¡Vámonos a probar otras cosas!

¿Fue difícil meterse en la piel de un homosexual en 100 días para enamorarnos?

Fue un proyecto que tenía ganas de hacer porque era una novela argentina que había visto, estaba bien escrita, me parecía maravillosa y una vez me quedé con el personaje, me sentí feliz de la vida. Se hizo con grandes actores, empezamos antes de la pandemia y cuando llegó el confinamiento casi no la podemos terminar, fue complicado en ese aspecto, pero después, fue bien recibida en Latinoamérica, desde la plataforma de Netflix. Era la primera vez que hacía a un homosexual y la verdad es que me daba un poco de curiosidad, pues nunca me había tocado besar un hombre, pero más allá de eso, cuando estás metido en la piel del personaje, es otra historia, es otra vida, y lo mejor que puedes hacer es ser fiel a la historia y meterte de lleno en la trama.

¿Cuéntenos sobre La casa de las flores, la exitosa serie en la que participó?

Fue otro proyecto que marcó una pauta en muchos aspectos y fue un éxito a nivel internacional. Llegó con una propuesta distinta, con un concepto, con unos colores, con unos personajes y con un humor negro inteligente. Qué suerte haber estado ahí, de verdad, son cosas que de repente te encuentras y estás en el momento indicado, me tocó y lo disfruté muchísimo. Manolo Caro es un gran director y una persona muy creativa, lo conozco desde hace muchos años porque trabajamos primero haciendo teatro.    

¿Cómo fue trabajar con Verónica Castro, una de las actrices más talentosas de México?

Cuando la conocí me di cuenta porqué era una celebridad. Más allá de su talento actoral, de ese carisma que tiene, de su belleza y esos ojos tan expresivos, Verónica Castro es una persona que tiene una luz enorme, profesional, dedicada, siempre está pendiente de todo el mundo. Contaba unas historias extraordinarias y nos tenía a todos, escuchándola. Es un bello ser humano y ahora entiendo porqué está donde está y ha llegado a donde ha llegado, tiene un poder enorme y una presencia escénica que no se aprende en una escuela de actuación.

¿Ha pensado grabar un disco con canciones de su autoría?

Al comienzo de mi carrera tuve esa idea, pero hoy en día, no. Para mí la música es más terapéutica, me gusta mucho componer y grabo canciones, pero ya no tengo necesidad de hacerlo de una manera comercial, no fue el camino que escogí. Compuse para un proyecto en Televisa y ahí la voy llevando, haciendo cosas musicales, pero no está en mis prioridades.

¿Cómo hace para no dejarse encasillar por los directores?

Es un tema que el actor tiene que aprender a entender y ahora que vivo en Estados Unidos finalmente comprendo que a ti te escogen cuando sin hablar, el director o el productor te ve y dice: “¡Ese es el personaje!” ¿Por qué? Lo que ellos quieren es que tú, sin mayor esfuerzo, les des la vibra del personaje, les des todo lo que están buscando, que la gente entienda, sepa y te compre que eres ese personaje. En Estados Unidos se encasilla mucho, pero no hay que pelear con eso, hay que hacerlo de la manera más natural y profesional posible, y si uno tiene la posibilidad de hacer algo completamente opuesto, pues qué maravilla, pero desde que estoy aquí he aprendido a estar en paz con que hay un tipo de personajes, uno es más creíble que otro y eso está bien. Uno como actor se siente frustrado y dice: Pero es que yo soy actor y te puedo dar más; pero la verdad es que tenemos un tipo y eso no se puede quitar, bueno… con maquillaje se puede hacer, no digo que no, pero hoy en día la televisión funciona mucho así, y cuando ves algunas series estadounidenses piensas: se ve tan natural, y resulta que ese gran personaje que estás viendo, el actor es, en muchos sentidos, parecido a eso.

Lleva ocho años viviendo en Los Ángeles, ¿cómo ha sido su evolución actoral?

Un aprendizaje enorme, porque allá si no te preparas constantemente, no vas a tener ninguna opción, pues los actores allá estudian todo el tiempo, es un entrenamiento permanente porque, de lo contrario, no tienes opciones. El crecimiento actoral es enorme, hay un respeto, no solo por los actores, sino por todas las profesiones, eso me ha encantado. Es un trato simple, sencillo, directo y eso me encanta. Acá a cada persona le dan su lugar y lo valoran, te lo agradecen y eso es lo que más destaco de estar en Los Ángeles. Es el respeto por tu trabajo, por tu tiempo, así no tengas experiencia, así estés empezando, siempre vas a encontrar alguien que te dé un lugar y que te agradezca por estar donde estás. 

¿Qué ha sido lo más difícil desde que se mudó a la capital del séptimo arte?

El comienzo fue difícil porque es una ciudad distinta, no hablábamos el idioma y adaptarnos mientras conseguíamos representante, gastando muchísimo sin ganar. Los Ángeles, una vez te acostumbras, te ofrece muchas cosas, y California es un estado que tiene parques naturales, la playa, la montaña, el clima, entonces feliz y agradecido de poder estar ahí, sobreviviendo.  

¿Ser latino pesa en Hollywood?

No, al contrario, hoy en día es una gran oportunidad porque son 60 millones de latinos en los Estados Unidos y las producciones cada vez son más inclusivas, siempre hay latinos en las producciones, en las historias, y la presencia de actores está más fuerte, es un gran momento para los latinos.

¿Dónde conoció a Ilean Almaguer, el gran amor de su vida?

La conocí trabajando en Atrévete a soñar, cuando llegué a México, primero fuimos amigos y después nos hicimos novios muy rápido y llevamos casi trece años juntos.

¿Cuándo le hizo la propuesta de matrimonio?

Le propuse matrimonio de una manera muy sencilla, en un restaurante. Fue un momento muy bonito, le compuse una canción y así fue, hace nueve años.

¿Piensan encargar hijos pronto?

Si llegan, llegarán. Estamos bien como estamos, y si vienen los hijos, estaremos felices. Que Dios decida cómo va a ser.

¿Cómo describiría a su esposa?

Es una mujer entregada, amorosa, no solo ella, su familia. Son personas a las que les encanta dar, estar pendientes de la gente, aman a su familia y la cuidan. Es una mujer talentosa, creativa, no terminaría con la lista de cualidades que tiene como persona, como esposa, es la mujer con la que quiero estar el resto de mi vida y me hace muy feliz.

Con la actriz Ilean Almaguer, su esposa, con la que lleva casi trece años juntos y nueve de casados.

¿Cuál es secreto para que la relación de pareja funcione?

La comunicación es la palabra clave, y el respeto. Hay límites que no se deben pasar y más allá que tengas diferencias, dificultades y no estés de acuerdo con una cosa o la otra y pelees, nunca debes irrespetar a la persona que tienes en frente. Nunca puedes decirle cosas que la vayan a herir porque eso termina pesando, eso se empieza a guardar, yo no tengo la fórmula mágica para que funcione, pero es lo que hemos tratado de hacer y hasta ahora nos ha servido. Tenemos un respeto enorme por el otro y tratamos de ser honestos. Es importante entender que hay momentos que uno se desconecta y no pasa nada, hay que dejarlos fluir y no hay que pelear contra eso, es parte de la vida y uno se vuelve a reconectar. Las necesidades van cambiando, también se va como reescribiendo el contrato porque las personas cambiamos, y hemos sido capaces de irnos adaptando a las nuevas necesidades; también hay dificultades, peleas, momentos de desconexión, como todas las parejas, pero ese no es el fin del mundo. Y cuando tienes claro que la persona que tienes en frente es con la que quieres estar, todo eso finalmente termina pasando porque hay motivos más poderosos que te unen y eso es lo fundamental.

¿Cuál es la lección esencial que ha aprendido de la vida?

Muchas. Pero creo que la principal es entender el momento ideal: esa utopía,  ese sueño, ese lugar en el que uno quisiera estar en el presente, porque uno dice: Voy  a ser tan feliz cuando tenga la casa, voy a ser tan feliz cuando tenga el proyecto, voy a hacer tan feliz cuando tenga el carro, y empiezas a aplazar la felicidad y eso no tiene límite, entonces finalmente estás siempre en el futuro y cuando tienes la casa  vas a decir: Voy a ser tan feliz cuando compre otra casa más grande… ojalá tuviera 10 años menos… entonces el mejor momento posible de la vida es el ahora. Lo que tienes es el momento ideal y es en lo que trato de trabajar todos los días, me lo tengo que recordar a diario porque eso no es fácil tampoco porque este mundo nos presiona y nos lleva a un estado permanente que nos desconecta del presente y nos llena de ansiedad.

¿Lo más bonito que ha hecho por amor?

Tratar de ser honesto, de cuidar a las personas que están conmigo, de ser fiel a eso, pero, así como cosas locas que haya hecho por amor, no.  He sido una persona que en general ha tendido pareja toda su vida, y personas maravillosas de las que he aprendido muchísimo, pero ahora estoy con la más maravillosa de todas.

¿Qué cambiaría de su forma de ser?

Me gustaría ser un poquito más expresivo porque me tiendo a ensimismar un poco a veces, quisiera estar más conectado con mis emociones. 

¿Qué cosas lo motivan?

Me motiva el tener la capacidad de disfrutar, de aceptar y de ser feliz con lo que hay. Aprender a estar en paz, agradecer, y cuando haya momentos de tristeza también vivirlos con tranquilidad porque hacen parte de la vida, no pelear contra ellos porque eso es lo que causa sufrimiento. Hay tristeza, bueno… estemos tristes, hay incertidumbre, la incertidumbre es parte de la vida, es no pelearse y dejar que las cosas fluyan porque si las aceptas más rápido se van. Y saber que todo pasa, lo malo pasa y lo bueno también, no quedarse pegado de cosas materiales ni creerse el éxito más grande porque todo pasará, y todos los días amanece.

¿Proyectos a corto plazo?

Estoy trabajando en muchas cosas, hice un piloto en Estados Unidos para una serie, y acabo de terminar un guión en inglés, estoy feliz y espero hacerlo pronto.  También estoy montando una empresa que tiene qué ver un poquito con el medio, pero no del todo, y moviéndonos, tratando de no quedarme quieto y probar otros caminos y aprender.

¿Cómo es vivir en Los Ángeles, una de las ciudades más bellas del mundo?

Es una ciudad multicultural que te ofrece todo, tiene montañas, tiene mar, el mejor clima del mundo, después de Bogotá, porque me encanta el frío y la lluvia, pero es una ciudad que es difícil para muchas personas, sin embargo, una vez que te acostumbras tienes todas las posibilidades para hacer lo que quieras.

¿A dónde sale a divertirse con su esposa?

Tenemos una vida muy sencilla, nos encanta ir a cine, ir a comer, no nos gustan los restaurantes muy elegantes. Tenemos algunos sitios favoritos, entre más sobrios mejor. Disfrutamos mucho la comida, ir a comernos un helado y ver a los amigos.

¿Qué lugares destacaría para los turistas que piensan visitar por primera vez esta metrópoli?

Los Ángeles es una ciudad llena de museos fabulosos, y algo que es imprescindible son las caminatas por las montañas, hay unos recorridos que incluso te permiten ver el mar, es un plan que hay que hacer. El downtown, Malibú, la playa, es todo muy bonito. Es una ciudad que tiene toda la oferta que necesitas, si quieres la parte cultural, los restaurantes, está todo.

¿Hay buenas opciones laborales, educativas y económicas para los inmigrantes que piensan radicarse en la capital del entretenimiento?

Todas. La belleza de Estados Unidos es que si tú quieres te puede ir muy bien porque hay posibilidades para todos. Es cuestión de trabajar duro y ahí vas a encontrar tu lugar. Si lo haces te va a ir muy bien, esa es la maravilla de Estados Unidos y, definitivamente, le agradezco enormemente a este país, además, somos felizmente ciudadanos americanos y me siento muy orgulloso y feliz de vivir en Los Ángeles, nos ha dado muchísimo a mi esposa y a mí, y eso lo tengo que agradecer.

¿Es costosa la vida?

Es muy costoso, es una de las ciudades más caras del mundo. Tienes que encontrar la manera de subsistir y de tener una estabilidad económica, pero también puedes ganar, es una ciudad exageradamente cara sobre todo la vivienda.

¿Tienen planes de comprar casa y cuál sería el lugar predilecto?

En eso estamos, tratamos hace poco de comprar, pero fue justo después de la pandemia cuando bajaron las tasas de interés y la competencia en Los Ángeles es brutal. Hay poca oferta y mucha demanda, la gente tiene mucho dinero en Estados Unidos, entonces cada casa que sale a la venta recibe muchas ofertas, con gente que paga en efectivo, así que fue difícil comprar. Estamos esperando que sea el momento para hacerlo. El Valle de San Fernando, donde vivimos, sería el lugar ideal para comprar.

“Los cambios, así sean para bien, son difíciles, pero uno se adapta a todo en esta vida y relativamente rápido”.

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